La mañana empezó temprano porque Aitana se levantó a las 8 y media. Así que desayunamos tranquilamente y a las 10 nos fuimos a la playa. Al bajar tan pronto nos dió para jugar a las palas, bañarnos con el flotador y sin él. La niña dió un paseo con Tere y hasta compró chuches. Después hizo figuras en la arena. A las 2 nos fuimos a la piscina y a las tres a casa a comer arroz a la cubana.
Después del rato de relax nos duchamos todos y fuimos a lavar el coche y al supermercado para hacer la comprar para el viaje de mañana.
Misa, con compra de dulces de las monjas incluidos, y cena en la arrocería de los últimos días. Los Nuggets para Aitana y puntillitas y cazón para nosotros. No podíamos dejar la ocasión de comernos el último helado y a casa a dormir.
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