Por la tarde Tere se duerme y la niña juega con el móvil hasta las 7. Por lo tanto, sólo yo bajo a la piscina. Después vamos a repostar gasóleo y a cenar. Aitana vuelve a comer naveta de pollo con patatas y nosotros compartimos dos raciones de cazón en adobo y puntillas. Tras el correspondiente helado volvemos a casa.
La niña tiene un rato malo y llora mucho a la hora de ir a la cama, puede ser que esté agotada de tanta playa, pero también es verdad que lleva dos días sin tomar las pastillas porque se nos ha olvidado. A ver si mañana se encuentra mejor.
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