El sábado nos fuimos a Canalejas y de allí a comer en la ermita de Guardo. A la niña le encantó ir al parque de la tirolina. Después decidimos hacer el recorrido hasta Riaño y nos metimos en Valverde de la Sierra. Allí encontramos una señora muy simpática con la que hablamos durante horas. Mientras tanto la niña se lo pasó en grande con el perrito. A la vuelta nos dimos cuenta de lo recóndito del lugar porque tardamos casi dos horas (es increíble la dimensión de esta provincia).
Domingo y de nuevo a La Cepeda. Comimos pronto y decidimos ir por Rioseco de Tapia al pantano de Villameca. Los paisajes increíbles nos dejan en el mirador de San Feliz de las Lavanderas, ¡Increíble!. En el pantano nos encontramos que hay mucha gente, pero encontramos una playita en la que estábamos casi solos. Nos lo pasamos en grande y decidimos que mañana volveremos para que la niña moje las piernas. Cogemos otra carretera que nos lleva a Palazuelo de Órbigo. De nuevo carreteras recónditas por doquier que nos marcan la grandeza de esta tierra. Una vez allí volvemos a Benavides para que la niña juegue en el nuevo parquecito que le encanta.
Fin de semana de recorridos por la provincia donde cobra importancia La Cepeda.