Día extraño. La abuela se ha levantado suspicaz y piensa que todos estamos contra ella. ¿Qué malas pasadas nos juega la mente? Ha pensado que todos nos confabulamos para quitarle sus atribuciones y funciones. Hasta se queja de cómo está la casa. El abuelo, regañando, como siempre. Pero tampoco es ninguna novedad.
El que esté Ana trastoca todo. Y añade mucha tensión. Siempre está metiendo pullas donde puede, intenta enfrentar a todos, no recoge nada, desordena todo lo que toca, en definitiva, lo complica todo. Encima es incapaz de convivir y ella se hace su comida, lo que le gusta, siempre, sin importarle que fastidieba los demás. No entiende la vida en familia ni la convivencia.
Es lo que sabíamos. Los años van haciendo que se pueda estar a su lado sin guerras permanentes. Pero no es posible convivir. Es una persona trastornada y dañina.