Suki Kim "Sin ti no hay nosotros"
Libro curioso por lo insólito del lugar.
Habla de una surcoreana residente en Nueva York que decide ir a trabajar dos trimestres a una universidad que ha hecho una secta en Corea del Norte como una ayuda solidaria hacia la juventud del país.
La historia nos narra la vida en la Universidad, la censura, los medios de control, el aburrimiento, la falta total de libertad, ... En fin, todo lo que sabemos, o intuimos, que es Corea del Norte.
Sin embargo, lo verdaderamente importante de esta obra es el trasfondo de análisis sobre la ideología que se ha inculcado en el cerebro de la población, que hace que vean normal las privaciones, el hambre, la falta de libertad, la obligación de aprender la ideología, del obligatorio culto al lider, en definitiva, la esclavitud a la que están sometidos como algo normal.
Es curioso como en todo un trimestre no hay ni una salida, ni una fiesta, ni un desmadre en toda la universidad. Parecen de todo menos estudiantes en la flor de la vida.
Por otro lado es curioso como los propios profesores se van creyendo la psicosis por la persecución y empiezan a autocensurarse. Al final todo se reduce a una palabra MIEDO.
Por otro lado también nos habla de lo profundamente que la ideología totalitaria ha grabado a fuego en las personas que son las mejores, que están mejor que nadie, que su país es elo modelo en que se miran los demás y en qué qué se debe, no al trabajo personal, si no a la sabiduría del gran líder. Nos cuenta también la enorme y total manipulación de las comunicaciones, el trabajo, el ocio y las ideas de toda la población. De manera tal que no hay posibilidad de pensar de manera diferente. Esto último lo prueba varias veces con situaciones cotidianas en clase en las que los alumnos son incapaces de pensar algo cuando no está en el manual de lo que les han obligado a creer.
Como resumen, el libro no dice nada que sea interesante en sí mismo. En realidad no hacen nada en todos esos meses salvo trabajar, comer y dormir. Lo interesante es que nos transmite la sensación del país: miedo y resignación
