El viernes llevé a Ana a Valladolid. A la vuelta paré en Medina de Rioseco a dar un paseo por el casco antiguo. Siempre es una gozada. Lógicamente, terminé comprando unos dulces típicos.
Las tardes son de piscina con Aitana. Baño, helado, chuches y niños que juegan. Tiene muchos niños conocidos y va cambiando de unos a otros, pero sin llegar a terminar con una pandilla en concreto.
Las mañanas de calor son infernales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.