Hemos jugado mal. Seguimos controlando el juego, pero mucho toque y poca profundidad. No ha habido ocasiones manifiestas de gol. Y para colmo de males los contragolpes de Suiza se veían con una peligrosidad innegable. Ya en la prórroga sí que hemos tenido ocasiones, pero en ese momento hemos topado con un portero impresionante.
En los penaltis hemos empezado fallando y ellos marcando. Todo tornaba mal. Sin embargo en el segundo penalti hemos marcado y nuestro portero paró el de Suiza. Una vez igualados hemos vuelto a fallar. Menos mal que nuestro portero de nuevo paró el penalti Suiza. En la cuarta oportunidad hemos marcado y nuestro inspiradísimo portero por tercera vez ha parado el penalti. Llegados al quinto teníamos dos oportunidades, marcar para ganar o fallar y esperar a ver si ellos fallaban. En cualquier caso incluso en el peor de los casos seguiríamos vivos. No hubo lugar, nuestro jugador ejecutó un tiro impecable y marcó el. Gol definitivo.
Con sufrimiento, pero a semifinales.
Hemos visto la prórroga en la Pérgola del Recreo. Había mucha gente, sobre todo muchos jóvenes que han sufrido y disfrutado del partido como sólo se hace a su edad. Lo malo es que la distancia social por el tema del COVID ha brillado por su ausencia.
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