Por la mañana, la consecuencia fue que durmió hasta las dos. Se levantó cuando íbamos a comer. Por lo tanto, tomó leche en vez de macarrones como el resto. Así que Tere aprovechó la mañana para ir a pasear y yo para limpiar los dos coches (que no acabé). Después nos fuimos a Sahagún a ver a Elena que volvía con unos amigos con los que había ido a Galicia de vacaciones. Estuvimos sólo un rato porque tenían que irse al taller por un problema. La niña se llevó un disgusto al separarse, es emotiva y no controla bien las emociones.
Ya en el pueblo tuvo tiempo por fin de saltar en su cama elástica y de jugar con el móvil. Llamó Ana e hicieron videoconferencia. Bien, pero sin más.
Curiosamente, se le ocurrió hacerse la cena y batió el huevo y lo frió. Muy bien.
A la cama.
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