Al contrario que en sus libros de viajes, la novela tiene un aire romántico que puede parecer hasta deprimente. Pero no olvida su costumbre. La novela trascurre entre los últimos días del Sáhara español y los primeros días de la salvaje y sanguinaria conquista del mismo por Marruecos. Aprovecha la trama para contarnos una pequeña parte del fin del Sáhara.
La verdad es que está muy bien conseguido ese aire mítico que le quiere dar para que podamos soñar con lo que pudo ser y no fue. Además hay una crítica descarnada de la posición traidora de España respecto a los ciudadanos saharauis.
La trama en sí no es muy allá, pero el embrujo surge en lo que nos hace soñar.
Corta y agradable.
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