Me llama la atención los matrimonios que han cofraternizado en la urbanización. Ayer fiesta de tarde con cena incluida en el verde, hoy intercambio de niños para comer en la piscina. Parece que el coronavirus ya no existe. Es cierto que con las vacunas es menos peligroso, pero olvidan que los niños no están vacunados.
Hemos comido en casa chuletillas y salmorejo. Bueno, Aitana, ha comido macarrones. Tras la comida llamó Ana e hizo videoconferencia con la niña. Ya estamos en período recaudatorio y queremos dar el pego de buena hija, madre, ...
Después del período nde relax y la merienda de la niña nos hemos ido a la playa y otra vez colchonetas olas. La niña me ha reconocido que se lo pasa en grande.
Para cenar hemos ido de nuevo al restaurante de la terraza. Hemos pedido el plato infantil con pollo y para nosotros verduras a la plancha y mezcla de pescados. Me he atragantado con una espina y lo he pasado fatal. A la vuelta hemos sido capaces de aparcar enfrente de la heladería, pero había una cola descomunal así que nos hemos ido. Total, ¡Aitana ya había tomado un helado con la cena!
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