viernes, 3 de agosto de 2018

Vacaciones del verano 2018. Duodécimo día

Hoy amanece nublado. Así que cambiamos de planes y Rosa y Alfonso hacen la maleta y la meten en el coche. Día de excursión. Arcos de la Frontera.
Después de lo que nos pasó hace cuatro años, que casi nos quedamos atascados, decidimos aparcar abajo y subir en taxi hasta el Ayuntamiento.
La plaza es espectacular por las vistas que tiene al valle que se ve al fondo de la roca sobre la que se asienta el pueblo. El ayuntamiento no llama mucho la atención, pero la fachada central y la lateral de la iglesia son impresionantes. De aquí callejeamos un poco y vemos otra iglesia, un jardín, un patio, varios conventos, en definitiva, toda la parte de arriba del pueblo.
Cómo tenemos tiempo decidimos comer en un bar al lado del ayuntamiento: Alfonso hamburguesa de retinto, la niña salchichas, Rosamari y yo salmorejo y de segundo pollo yo y ellos tabla de embutido. La bebida sí que fue curiosa, pedimos tinto de verano y a mí me lo trajeron sin alcohol. Sin embargo lo curioso es que pusieron una naranja y un trozo de sandía de adorno, además de uvas y melocotón dentro.
Después de comer, bajamos andando al coche aprovechando para ver el resto del pueblo.
Llegó la hora de la despedida en el aeropuerto de Jerez. Los tíos se marcharon a Bilbao. Podían haberse quedado más días, pero en fin, asį es la vida.
Volvemos a casa y nos vamos a la playa aunque se nubla un poco y a las 8 nos volvemos.
Una buena cena de salchichas y huevo en tortilla francesa y a dormir, que el día ha sido largo y caluroso.

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