miércoles, 10 de agosto de 2016

Vacaciones 2016. Quinta parte

Para llegar a Cádiz hay que cruzar una lengua de tierra en la que sólo hay la carretera, el ferrocarril y la playa. A un lado la bahía y al otro el mar abierto. Este recorrido te predispone a que no te guste la ciudad, máxime cuando entras y sólo cambia que en vez de las vías hay otra calle y en vez de arcenes hay casas. Sin embargo, al final, te encuentras las puertas de tierra y entras en la "tácita" que ya parece una ciudad de otro tiempo desde el comienzo. Encima aparcamos y vemos el "Juan Sebastián Elcano" fondeado y ya nos parece que hemos cambiado de mundo.
Una tarde completa en Cádiz sólo puede empezar en el mercado de las flores comiendo. Seremos turistas, pero comerse pescaíto en el bar "las flores" es una experiencia ideal para cazar ese ambiente gaditano en el que el idioma parece otro.
Después de comer y tomarnos el café en un barito del casco antiguo que parece típico de la España de otros tiempos, sólo queda el paseo hasta el teatro Falla.
Increíble, pero cierto, allí nos encontramos con un buen amigo de Alfonso que pasa toda la tarde con nosotros dando la vuelta a Cádiz por todo el malecón. En mitad del paseo nos tomamos algo en una fabulosa terraza con vistas al mar en el Parador antes de ver el atardecer.
Finalmente, terminamos el día cenando en "la terraza", enfrente de la catedral.

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