viernes, 14 de febrero de 2025

Series del invierno 2025 "Las buenas madres"

Miniserie de TV (2023). 6 episodios. Tres mujeres que pertenecen a un clan de la mafia calabresa, 'Ndrangheta', se unen a una fiscal, Alessandra Cerreti, para intentar acabar con este imperio criminal desde dentro.

Basada en historias reales padecidas por mujeres de la mafia calabresa, no pretende informar de ningún movimiento de liberación colectivo sino de reacciones particulares contra la asfixiante opresión a la que son sometidas por sus propias familias; desde la niñez contemplativa y normalizadora de comportamientos irracionales e injustos, a la madurez aceptada con participación obediente y resignada en la maquinaria mafiosa, hasta la vejez con implicación ya cruel y sin contemplaciones en el adiestramiento, sometimiento o ajusticiamiento de las nuevas generaciones, según requiera el caso y el momento.

Personalmente desconocía esta característica de la mafia calabresa. En mi ignorancia, creía que era otra asociación más de malhechores, como una simple mafia que busca obtener beneficios económicos sin otras connotaciones que el sometimiento de sus rivales por las buenas o por las malas.

Se agradece que, dada la sordidez del asunto, las historias se hayan relatado con seriedad y gravedad, verdaderamente hay poco resquicio aquí para la comicidad o un momentáneo desapego para aspirar aire fresco. La narración es densa pero muy ajustada, a veces puede dar la impresión de lentitud, pero es imposible un ritmo más ligero, porque la vida de estas personas está plagada de dificultades y de exigencias y su dolor es muy persistente.

El drama criminal italiano tiende a seguir el ejemplo de las mafias de la vida real y coloca a los hombres al frente y al centro. No hay nada de eso en Las buenas madres, que retrata las vidas de mujeres atrapadas en el infierno dominado por los hombres que es la 'Ndrangheta' de Calabria.

Sus seis apasionantes episodios, basados ​​en las historias reales de cuatro mujeres que encontraron el coraje para testificar contra sus familias, son un correctivo bienvenido a las normas del género. Los hombres son villanos irreconstruidos que controlan, encarcelan y golpean a sus esposas e hijas. Sin duda, es muy divertido jugarlos: Francesco Colella hiela la sangre como jefe del clan Cosco. Pero ellos son los actores secundarios.

Las mujeres son las heroínas complejas, conflictivas, ingeniosas y a veces trágicas de la historia. La adolescente Denise Cosco (Gaia Girace) es arrastrada de regreso a un pequeño pueblo después de que su madre Lea Garofalo (Micaela Ramazzotti), que salía de la protección de testigos, desaparece. Giusy Pesce (Valentina Bellè) y Cetta Cacciola (Simona Distefano) son madres jóvenes presionadas para contraer matrimonios asfixiantes y sin amor.

La otra heroína es el magistrado fiscal que optó por socavar la 'Ndrangheta a través de su punto más vulnerable: sus mujeres brutalizadas, incluidas aquellas que actuaban como mulas cuando sus maridos estaban en prisión. Semi-ficticia por razones legales, aquí se la rebautiza como Anna Colace y Barbara Chichiarelli la encarna con fascinante intensidad. No todas las mujeres son ángeles, claro. Por cada buena madre hay una abuela sombría y una tía con cara de hacha esclava del patriarcado.

The Good Mothers tiene una impronta sorprendentemente británica. Adaptada por Stephen Butchard del libro de Alex Perry de 2018, entre sus productores se encuentra la empresa que hizo Sherwood y uno de sus dos directores es Julian Jarrold, quien ha rodado cuatro episodios de The Crown.

No se nota ni importa. Esto se siente auténticamente calabrés, desde las colinas circundantes y las comunidades asfixiantes hasta la pronunciación percusiva de "famiglia". Incluso la inquietante canción infantil que es el tema musical te da escalofríos: “corderito mío”, pregunta gentilmente, “¿qué hiciste cuando te encontraste en la boca del lobo?” Es de suponer que la oficina de turismo no se apresure a publicar el tráiler en su sitio web promocional.

Con un clic se puede descubrir cómo transcurrieron realmente las vidas de estas mujeres. Vale la pena resistir la tentación, porque el guión magníficamente ponderado ofrece momentos de suspenso. Los apoyas tan profundamente para que resistan la desagradable pantomima de culpabilidad de sus familias que se vuelve casi insoportable verlo. Pero hazlo, porque esta narración magistral ofrece a las mujeres que desafiaron a la 'Ndrangheta algo que les niega la falocracia criminal en la que nacieron: honor.


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