Si no fuera por los paisajes y Clive Owen, sería fácil abandonar el visionado más allá de los tres primeros capítulos. A la serie le falta garra y no acaba de tener una trama intrigante. Además, el trasfondo de guerra y espionaje no queda muy claro para el espectador no informado del conflicto que trajo consigo la independencia argelina. Los personajes son poco convincentes y apenas creíbles, y no acaba de encajar un detective americano en la campiña francesa, es como un cóctel mal mezclado con ingredientes que no combinan.
Antes de nada parece que es necesario, siendo una lástima, poner en contexto al personaje y a su autor. Estamos hablando que el personaje protagonista es Sam Spade, el icónico personaje surgido de la pluma de Dashiell Hammett. Por citar un film de este mítico personaje simplemente decir “El Halcón Maltes” y ya se ha dicho todo. Dashiell Hammett fue novelista y guionista cinematográfico de gran prestigio. De su pluma salieron personajes tan emblemáticos como Nick y Nora Charles de El Hombre Delgado, que sería llevada al cine con el nombre de Cena de Acusados y que daría lugar a 5 películas más con estos personajes. También es autor de la aclamada Cosecha Roja, novela en la que según muchos Akira Kurosawa basó su famoso Yojimbo (la versión para cine de Walter Hill, El Ultimo Hombre es un buen homenaje a la novela como lo es del film de Kurosawa el film de Sergio Leone Por Un Puñado De Dólares). Dashiell Hammett escribió novela negra, espionaje y misterio así como guiones para westerns. Incluso él mismo fue llevado al cine en un film de 1982 de ficción obviamente llamado “El Hombre de Chinatown.
Esta introducción hay que entenderla en el hecho que esta mini serie solo usa al personaje, no está basada en ninguna novela, relato o guion, pero los autores y guionistas del proyecto Tom Fontana y Scott Frank que también hicieron labores de productores ejecutivos e incluso de dirección en la mini serie, llenaron esta de referencias a la obra del creador del personaje. Tenemos a un San (Samuel) Spade que llega a Francia con una concreta misión: entregar una niña a su padre, pero todo se complicará y nos encontramos con un maduro personaje viudo y residiendo en Francia, en una pequeño pueblo a mediados de los años 60. La mini serie cuenta con elementos de espionaje vinculados con la WWII y con la época del general Charles De Gaulle y la independencia de Argelia y el conflicto con la OAS (detalles que me evocan obviamente a The Day of The Jackal de 1973).
El tono del film es clásico del cine negro pero también del clásico Polar francés, melancólico, sosegado pero nunca lento pues siempre están pasando cosas, a veces muy obvias para el espectador, mucho, tal vez, y ese sea uno de sus defectos, demasiado obvias. Unos diálogos con chispa que evocan a El Halcón Maltes o El Hombre Delgado, bien construidos y con unas interpretaciones juntas, precisas sin estridencias y donde Clive Owen puede lucir la figura madura de este personaje icónico con mucha dignidad. Sin duda otro fallo es el anti climático final que me recuerda a las novelas de Poirot de la célebre Agatha Christie y que desentona con el tono general de la mini serie. Excelente fotografía y una ambientación correctas. En líneas generales es un producto que no parece gran cosa pero que engancha y del que se puede disfrutar, habrá quien opine que se enreda en temas que no van a parte alguna, pero creo que además de mostrarnos una trama de venganza, honor, traición, nos ofrece una sutil y ligeramente perfilada historia de amor que humaniza al personaje y al relato.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.