Después un café en el jardin con las impresionantes vistas de los viñedos a nuestros pies es de lo mejor que se puede disfrutar.
tanto en la comida como en el café salió a saludarnos Prada. Fiel a su estilo pasen los años qie pasen.
Terminamos yendo a Ponferrada y estamos un rato con Pili. Bien, pero había quedado y nos hemos citado para otro día en jornada completa.
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