Magnífica serie sobre el poder. Un comvincente Sutherland repite el papel de "24 horas" pero con menos acción. Es decir, ahora la historia da vueltas y revueltas con personajes que van apareciendo como jefes y que terminan siendo mandados. La escena final en el plató de la televisión es de una tensión magnífica. Los personajes siempre van con cara de despistados, pero la realidad es que lo están. Así de giros da el argumento.
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