La salida de Londres es poco glamurosa aunque una vez pasado Calais. Se hace el transbordo a uno de los coches cama del Orient Express originales de la década de 1920.
Después de París se hace noche y se despierta cuando el tren bordea el pintoresco lago de Zúrich, muy cerca del agua. Se pueden estirar las piernas en Innsbruck y contemplar la pista de salto de esquí Bergisel, de Zara Hadid, sobre el fondo montañoso. Curzando después el puerto de Bennero hay curvas donde se puede ver todo el tren. Pasar por la vía elevada.para llegar viendo Venecia es un fin de altura.
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