Después de comer hacemos tumbingy a media tarde nos vamos los tres a pasear hasta San Roque. Después Aitana y yo subimos a la Loma para buscar huellas de oso, lobo y jabalí. Para volver cogemos el camino que baja de nuevo a San Roque y allí vemos una explanada que le gusta a la niña como lugar secreto. En casa de nuevo se pone a jugar con cacharritos y hacer cocinitas. Por no variar, el abuelo gruñón se pone a dar voces diciendo que no se la controla, que vergüenza y demás estupideces habituales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.