Miniserie de TV de 2 episodios. Tras la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), en Núremberg, una pequeña ciudad alemana devastada por la guerra, fueron juzgados 21 altos mandos nazis como responsables de atroces crímenes contra la humanidad. El fiscal era el americano Robert Jackson (Alex Baldwin), que representaba a los Estados Unidos, a Gran Bretaña y a la U.R.S.S.
Me parece una fiel recreación de los hechos que se relatan. La película en sí, resulta correcta, no llega a aburrir pero tampoco te engancha enormemente.
El tema es apasionante y de eterna actualidad, valga la paradoja. Pero aquí nos presentan a un Goering sin fisuras, y de entrada ni se asoma su conocida dependencia a la morfina. La visión única del juicio por parte americana es sesgada a pesar de que fueron ellos quien llevaron el peso de la acusación. En las condenas a muerte pesaron y mucho las ganas de venganza soviética - comprensibles después de los 40 millones de muertos-.
Speer parece un alocado y descolocado títere, y fue el único que asumió por pasiva parte de culpa, y los demás parecen relleno de banquillo.
Por lo demás, no está mal rodada ni interpretada.
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