Comida primer día. Se nos hace muy tarde y comemos una pizza al lado del hotel.
Cena primer día. En un pub comida maltesa. Pido el plato típico y es imposible acabarlo. Algunos sabores excesivamente fuertes y otros no muy allá.Comida segundo día. Comemos en el museo nacional, tras la visita turística típica de La Valeta, una representación típica de Malta. Nada del otro jueves.
Cena segundo día. Un restaurante en nuestra calle en el que probamos una cosa que nos pide Elena (muy rico) y luego fish and fries. Bien, muy británico, aunque un poco fuerte.
Comida tercer día. En un palacio de Mdina. Comida italiana con un buen punto, sin ser excepcional.
Cena tercer día. Un griego que nos recibe con comida deliciosa y una actuación de voz y guitarra sencillamente encantadora. Una pantalla de televisión con una chimenea de salvapantallas y estufas de terraza. Muy bien.
Comida cuarto día. La niña come en Burguer King. Nos comenta que las hamburguesas de Malta saben distintas. Nosotros comemos en un bistro unos cuencos de arroz con complementos.
Cena cuarto día. Una vez en Madrid cenamos en el bodegón enfrente el hotel. Unas tostas en las que el tomate de Elena estaba mal. Una pena porque parecían buenas. La niña come un plato combinado con filete de ternera.
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