Está claro que todas las ciencias han tenido mártires, pero entre los sacrificios de sabios e investigadores, víctimas por una buena causa, están los casos particulares de aquellos para quienes la ciencia es indisociable de la aventura, sin que sepamos nunca cuál de las dos predomina en su compromiso.
"Las tribulaciones del padre Le Gentil" una aventura de 11 años para ver el oaso de Venis por delante del sol y las dos oportunidades se tornaron en fracaso oor la guerra y por el clima.
"Conrad Kilian, premio desierto" un infatigable explorador del Sáhara en busca de conocimientos geológicos.
"Jlse Emperaire, el Levi-Strauss del desánimo" un empecinado antropólogo en busca de conocimientos sobre las tribus de Tierra de Fuego.
"Katia y Maurice Krafft, love escoria" tan entregados a la investigación de los volcanes que quedaron enterrados por uno de ellos.
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