viernes, 25 de junio de 2021

Un tema recurrente

Desde que empecé a escribir este pequeño diario, siempre quise escribir sobre las cosas que me gustan. ¡De todas!. Sin embargo he terminado escribiendo sobre los libros que leo, las películas que vemos y las series que seguimos. Especialmente en el último año en el que la COVID ha marcado de manera irreversible nuestras vidas. Me encanta porque esas son las cosas que me divierten y me hacen sentir bien. Pero no he hablado de Aitana, Tere, Ana y Elena. Y esto es imperdonable. 
Para hablar de mis cuatro grandes pasiones en la vida no tengo las palabras adecuadas. Sólo encuentro sentimientos. Y fundamentalmente uno: el amor. Tere es la compañera de vida que ha estado siemprr a mi lado. Sin problemas, sin reproches, ... Ya le dedicaré más capítulos a ella y a las niñas. Ana y Elena están ahora más alejadas, físicamente y emocionalmente. Ambas viven su vida a su manera (cada una a la suya) y esto hace que nos separamos, pero sólo en cuanto a comunicación. El interés mutuo sigue ahí y siempre resurge cuando nos vemos. Aitana es... Aitana. Si ya desde que nació ha estado siempre a mi lado, cuanto más en estos meses de encierro en casa, luego en el pueblo y, finalmente, en este invierno e ñn el que la comunicación con el resto del mundo ha sido a distancia. ¡Mi niña! Siempre he tenido que llamarla así porque decir ¡mi hija! podía conducir a error. Pero es mucho más que todo eso. Pero ella sí que requiere un capítulo aparte. 

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