Desde Corea del Norte, China y Mongolia, pasando de nuevo por los países del centro asiático llega al Cáucaso y Europas. La autora intenta hablar con la gente acerca de sus "vecinos". Aprovecha para contar algo de historia común de cada país con Rusia. Y nos muestra las dificultades que atraviesan los habitantes de esas zonas por el cierre de fronteras, la tensión entre países y el pasado común de cercanía o alejamiento.
Le falta algo de la profundidad del anterior volumen. Se abarca mucho y por la tanto en muchas ocasiones nos muestra únicamente curiosidades y opiniones parciales de personas que están, como no puede ser de otra manera, interesados en su vida personal y no en los problemas políticos entre países.
Como curiosidad el recorrido en barco por todo el norte de Siberia, que no deja de ser la gran frontera de Rusia. Máxime ahora que el mar no se hiela en invierno.
Seguiré a la autora para ver si en próximos libros continua con la literatura de viajes. Y a ver si cambia de tema y deja de centrarse en Rusia. Si es así puede ser en un futuro un referente en este tipo de literatura.
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