Por desgracia una de ellas es España. En esta segunda entrega se ha vivido el ridículo más absoluto. Con Polonia totalmente entregada no se ha podido meter más que un gol (y de rebote). Hasta se ha fallado un penalti. Para colmo de males, un gran delantero como Lewandowski se acercó al área dos veces y marcó un gol en una y casi (gran parada de nuestro portero) otro en la otra.
El juego, lento, cansino, ridículo. Dominar el balón como cuando el legendario tiki-taka. Pero a un ritmo muchas veces menor. Sin acercarse al área, sin pegada de lejos, sin... Nada, de vergüenza.
Tres horas antes vivimos la gloria del Alamania - Portugal e incluso el Francia - Hungría. Eso sí fueron encuentros de fútbol, espectáculo, ilusión y portento. Lo de España es un reflejo de nuestro Gobierno actual, vergonzoso y ridículo.
¿Será que el país está así?
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