Como novedad destacar que James Bond se casa en las últimas escenas de la película, pero dura casado cinco minutos. Por algo es James Bond.
Los paisajes de Portugal y las comas de los Alpes en Suiza dan un toque de exotismo (para la época) y de lujo que todavía se mantiene en parte.
Salvando lo disparatado del plan del villano la película tiene pocos inventos fantasiosos de los que nos acostumbra. Aún así, funciona bien. Quizá la escena de esquí es la que mantiene el tipo en espectacularidad y fantasía.
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