Al mismo tiempo que nos cuenta su trayectoria como arrista y ciudadano medio, Ersin Karabulut compone el retrato de un país que se debate entre profundos antagonismos políticos y sociales, cuya historka reciente se ha tejido en torno a golpes de estado, esperanzas, desilusiones y dramas. Un país que ha visto atacadas y reducidas de manera gradual las libertades básicas que se consideraban ya conquistadas. Un país en el que un primer ministro con un poder creciente puede llevar a un caricaturista ante la justicia e incluso a la cárcel.
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