Dirige un tal Marco Borrelli, y en este caso con algunas caras conocidas, cono Rourke (con parche dorado y bastón), Rathborne (Jasper, vampirito de Crepúsculo) y Knepper (para mi siempre será T-Bag, de Prison Break), haciendo trabajos muy normalitos pero decentes para el caso.
Rescate en tierras hostiles de un avión estrellado, mezclado con temas de brujería; en definitiva, cuervos, humos negros, paranoias, plumas negras, chorritos de sangre, brujas vestidas de Armani para un bautizo de barrio.., pero entretiene, cosa rara.
En resumen, de algo que pensaba que solo iba a ver unos minutos, no estuvo mal, y le endiño un 6, quizás por el esfuerzo y por que me agradó en general, o quizás por la reticencia a este tipo de géneros pero que al final me hizo pasar un buen rato.
Película de serie B que combina terror, con acción bélica.
La película no engaña nadie en sus pretensiones: estamos ante una película tirando a mala en todos los aspectos, que no busca otra cosa que servir de pasatiempo para el tipo de espectador hacia el que va dirigida, cosa que consigue de forma bastante eficiente. El ritmo resulta lo más válido, junto una trama que combina una acción plagada de tópicos pero entretenida, y un terror, que sin conseguir dar miedo, cumple con lo que pretende, dejando todo esto una película tonta pero que se ve fácilmente. Las actuaciones van desde la mediocridad, hasta un Mickey Rourke, que como viene acostumbrándonos últimamente, resulta terrible, y el guión es una escusa para presentar el conflicto sobre el que se desarrollará la película.
Los Demonios de la Guerra es una película mediocre pero entretenida, que sin aportar absolutamente nada al género, consigue entretener en su poco más de hora y media, aunque se olvide nada más acabar su visionado.
La película no engaña nadie en sus pretensiones: estamos ante una película tirando a mala en todos los aspectos, que no busca otra cosa que servir de pasatiempo para el tipo de espectador hacia el que va dirigida, cosa que consigue de forma bastante eficiente. El ritmo resulta lo más válido, junto una trama que combina una acción plagada de tópicos pero entretenida, y un terror, que sin conseguir dar miedo, cumple con lo que pretende, dejando todo esto una película tonta pero que se ve fácilmente. Las actuaciones van desde la mediocridad, hasta un Mickey Rourke, que como viene acostumbrándonos últimamente, resulta terrible, y el guión es una escusa para presentar el conflicto sobre el que se desarrollará la película.
Los Demonios de la Guerra es una película mediocre pero entretenida, que sin aportar absolutamente nada al género, consigue entretener en su poco más de hora y media, aunque se olvide nada más acabar su visionado.
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