El periodista Jacques (Vincent Lindon), que sufre una serie crisis anímica después de la muerte de un amigo, recibe un encargo del Vaticano para investigar una aparición mariana.
Apático, acoge la tarea encontrándose con un mundo totalmente desconocido para él, más acostumbrado al periodismo bélico. Se encuentra una investigación donde por un lado aparece el grupo de investigadores, algunos escépticos, otros creyentes; por otro, está la congregación eclesiástica que ampara La Aparición, y en el otro lado del triángulo, por supuesto, está la vidente, Anna (Galatea Bellugi), una actriz novel con un futuro prometedor) con una mirada cautivadora más celestial que terrenal.
Poco a poco, pese a las dificultades que se va encontrando, se irá imbuyendo en la historia, retrocediendo en el pasado de Anna para intentar averiguar cómo llegó al punto actual, pero dándose cuenta de que aquí lo material va intrínsecamente unido a lo inmaterial.
Con Anna, que vive enclaustrada en un silencio opresivo, entablará una interesante relación, sacándola de su mutismo y soledad, intentando comprender su verdad. La angelical mirada de la joven atrapará para siempre el alma del sufrido periodista, y el inmenso sufrimiento que padece la joven hará mella en los sentimientos de Jacques, periodista curtido en mil batallas, que de repente empieza a ver curiosas coincidencias con su pasado.
Apático, acoge la tarea encontrándose con un mundo totalmente desconocido para él, más acostumbrado al periodismo bélico. Se encuentra una investigación donde por un lado aparece el grupo de investigadores, algunos escépticos, otros creyentes; por otro, está la congregación eclesiástica que ampara La Aparición, y en el otro lado del triángulo, por supuesto, está la vidente, Anna (Galatea Bellugi), una actriz novel con un futuro prometedor) con una mirada cautivadora más celestial que terrenal.
Poco a poco, pese a las dificultades que se va encontrando, se irá imbuyendo en la historia, retrocediendo en el pasado de Anna para intentar averiguar cómo llegó al punto actual, pero dándose cuenta de que aquí lo material va intrínsecamente unido a lo inmaterial.
Con Anna, que vive enclaustrada en un silencio opresivo, entablará una interesante relación, sacándola de su mutismo y soledad, intentando comprender su verdad. La angelical mirada de la joven atrapará para siempre el alma del sufrido periodista, y el inmenso sufrimiento que padece la joven hará mella en los sentimientos de Jacques, periodista curtido en mil batallas, que de repente empieza a ver curiosas coincidencias con su pasado.
La Aparición es una película de búsqueda de la verdad. Basada en un impecable trabajo de investigación, nos muestra el mundo de las apariciones marianas, que durante toda la vida han existido o proclamado su existencia, pero muy poco sabemos de las investigaciones que la iglesia católica lleva al respecto.
A lo largo de la historia de la cristiandad hay documentadas alrededor de 22000 apariciones marianas. Una cifra considerable que demuestra que mucha gente necesita de lo trascendente, de lo divino y de lo maravilloso para sobrellevar el día a día y superar sus problemas particulares. De ahí que, en épocas de crisis, estas apariciones hayan proliferado con más abundancia.
Este movimiento piadoso, y a la vez complejo y espinoso, generalmente controlado por la iglesia católica y que mueve ingentes cantidades de fieles, así como de dinero, debe ser abordado bajo diferentes puntos de vista para investigar estos eventos que rompen con las leyes de la naturaleza y que pueden ser aprovechados por desaprensivos que se lucren de un público altamente sugestionable.
El director y guionista, Xavier Giannoli, que ya buscó la verdad en “Crónica de una mentira”, ha investigado el laborioso y largo proceso que lleva a cabo la iglesia católica para investigar estos fenómenos, pues para certificar una aparición como verdadera, se necesita realizar un riguroso examen de los hechos basado en cuatro puntos: la personalidad del sujeto, el contenido de La Aparición, la forma de esta y su finalidad.
Xavier Giannoli obviando el inicio del misterio de la aparición mariana, incide más en la investigación del periodista y en la personalidad de la vidente, dejando a un lado los presuntos tejemanejes de algunos miembros de la iglesia católica, y el aprovechamiento en aras de la religión del calvario de una cándida jovencita.
A lo largo de la historia de la cristiandad hay documentadas alrededor de 22000 apariciones marianas. Una cifra considerable que demuestra que mucha gente necesita de lo trascendente, de lo divino y de lo maravilloso para sobrellevar el día a día y superar sus problemas particulares. De ahí que, en épocas de crisis, estas apariciones hayan proliferado con más abundancia.
Este movimiento piadoso, y a la vez complejo y espinoso, generalmente controlado por la iglesia católica y que mueve ingentes cantidades de fieles, así como de dinero, debe ser abordado bajo diferentes puntos de vista para investigar estos eventos que rompen con las leyes de la naturaleza y que pueden ser aprovechados por desaprensivos que se lucren de un público altamente sugestionable.
El director y guionista, Xavier Giannoli, que ya buscó la verdad en “Crónica de una mentira”, ha investigado el laborioso y largo proceso que lleva a cabo la iglesia católica para investigar estos fenómenos, pues para certificar una aparición como verdadera, se necesita realizar un riguroso examen de los hechos basado en cuatro puntos: la personalidad del sujeto, el contenido de La Aparición, la forma de esta y su finalidad.
Xavier Giannoli obviando el inicio del misterio de la aparición mariana, incide más en la investigación del periodista y en la personalidad de la vidente, dejando a un lado los presuntos tejemanejes de algunos miembros de la iglesia católica, y el aprovechamiento en aras de la religión del calvario de una cándida jovencita.
En La Aparición, Anna, la vidente es una chica joven, de nuestro tiempo, con acceso a internet, y teléfono móvil. Esta imagen está muy alejada de la visión que tenemos todos de las apariciones marianas, basadas en la memoria colectiva de haber visto la película de la aparición de la Virgen de Lourdes a la niña Bernadette Soubirou, o la de los niños pastores de Fátima.
La mirada de Anna es enigmática y cautivadora. Su mente por un lado está en el cielo, su espiritualidad se transmite, se palpa, pero, por otro lado, vemos a una joven con un sufrimiento inmenso, infinito, imposible de llevar para una persona de tan corta edad.
Galatea Bellugi consigue mantenernos en vilo hasta el final. Igual que cautiva al escéptico periodista encargado de investigar, encandila al espectador que se siente atrapado por el desconsuelo de Anna.
La mirada de Anna es enigmática y cautivadora. Su mente por un lado está en el cielo, su espiritualidad se transmite, se palpa, pero, por otro lado, vemos a una joven con un sufrimiento inmenso, infinito, imposible de llevar para una persona de tan corta edad.
Galatea Bellugi consigue mantenernos en vilo hasta el final. Igual que cautiva al escéptico periodista encargado de investigar, encandila al espectador que se siente atrapado por el desconsuelo de Anna.
Una interesantísima película, que trata sobre la búsqueda de la verdad de un tema poco tratado, que engancha sobremanera, aunque quizás se agradecería que hubiese tocado más en profundidad algunos temas que simplemente roza ligeramente, sin entrar en el meollo del asunto.
El papel de la iglesia, aparte del de mero promotor de la investigación, está completamente dejado a un lado, obviando asuntos de mayor calado en los que sí interviene, y que aportarían más interés a la película.
En definitiva, una apuesta arriesgada que cumple con creces sus objetivos; no es un film trepidante sino un estudio que pretende ser aséptico sobre la duda, la fe, la espiritualidad y la culpa. Se trata de lo divino y de lo humano, de la superchería y la verdad, del sacrificio de una vida en pos de un ideal.
Muy recomendable, sobre todo por el debate que suscita.
El papel de la iglesia, aparte del de mero promotor de la investigación, está completamente dejado a un lado, obviando asuntos de mayor calado en los que sí interviene, y que aportarían más interés a la película.
En definitiva, una apuesta arriesgada que cumple con creces sus objetivos; no es un film trepidante sino un estudio que pretende ser aséptico sobre la duda, la fe, la espiritualidad y la culpa. Se trata de lo divino y de lo humano, de la superchería y la verdad, del sacrificio de una vida en pos de un ideal.
Muy recomendable, sobre todo por el debate que suscita.
