Sueños de grandeza

El otro día alguien me decía que nos merecíamos una Sanidad mejor, una Educación de calidad, una administración más rápida, un sistema judicial verdaderamente independiente, un sistema social que garantice la ayuda a los más necesitados y más libertad.
Hoy otra persona me decía, además, que nos merecemos unos políticos de verdad: con formación adecuada, con ganas de ayudar a la gente y honrados.
Yo también quiero todo eso, y mucho más. Me gustaría ver las noticias y que no se hablara de fanáticos islamistas, que no hubiera guerras, que los niños no fueran obligados a trabajar, que no hubiera países donde la gente se muere de hambre, que los trabajadores tuvieran un salario digno y acorde con lo que se necesita para vivir dignamente en cada país, que las enfermedades que no son mortales se curaran en todos los países del mundo, que la escuela fuera universal y gratuita, ... Sin ir más lejos me gustaría que en España no hubiera políticos corruptos, empresarios aprovechados, trabajadores caraduras, defraudadores de Hacienda, ... Es más, hasta me gustaría que mis alumnos se dedicaran a pensar que pueden hacer por su vida y que sus padres no les inculcaran ideas de victimismo echando culpas fuera de los fallos suyos como padres y de sus hijos como hijos y alumnos.
Bien, pues ya toca ir para la cama y soñar, porque el mundo es el que es. A cada uno nos toca levantarlo en nuestro entorno. Pero no hay balones fuera, todos somos responsables de cada una de las cosas que he puesto arriba. Y no lo dudemos, cuando empezamos a decir que haríamos esto y aquello porque nosotros somos más íntegros y honrados, estamos sembrando ya la semilla de la tiranía. Los tiranos siempre han pensado que ellos saben mejor que nadie lo que hay que pensar.