Como siempre, unos pocos puestos que venden lo mismo de siempre. Así que compramos un trozo de queso azul no muy grande y disfrutamos de Astorga.
Por cierto, nos encontramos a Pablocuando hablábamos de él y nos llamó Nicolás cuando estábamos en la catedral.
Aprovechamos para ver la iglesia que está al lado. Muy bonita.
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