Inciamos viaje y las nubes cada vez más negras. Unas salinas rodeadas de pantanos nos llaman la atención en un cruce que parecía un vergel. Al bajar a Sigüenza la niebla impide ver nada, aunque vislumbramos la catedral y el parador. Una vez dentro las calles empinadas empedradas, la catedral, el parador y la lluvia nos permiten una visita con paraguas y casi espectral.
Pasamos a Teruel y vemos una carretera de la España vaciada que nos lleva a Molina de Aragón. Esperábamos mucho, pero el casco antiguo está abandonado y decrépito y el castillo sólo se puede visitar subiendo por caminos que se nos antojan intransitables por la lluvia.
Seguimos viaje y nos paramos en un bar de un cruce justo antes de coger la autopista. Y que ambiente, creemos que traficantes, pero puede que incluso peor.
Autopista a Teruel y Sagunto y paramos a comer en Benicassin frente al mar. Con el viento del día el mar parecía el Cantábrico, pero ayudaba a comer sin agobios con el sol.
El apartamento esta muy bien y la urbanización es muy chula, lo que nos incita a dar un paseo junto al mar antes de cenar.
En el suoermercado hemos visto a Juanma y hemos hablado con él. Qué ilusión!. Pero las compras mandan, mañana nos veremos y hablaremos más.
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