Los actores están soberbios. La historia, sin embargo, deja bastante que desear. Al final es demasiado simple. Y una subtrama que prometía de queda ahí. No sabemos para qué está, salvo para demostrar la integridad de nuestro detective.
Lo que sí intenta es mantener las imágenes de un Madrid que existió oero ya no existe.
Toda la película respira nostalgia. Quizás como todo el cine de Garci. Y reposo. Nada más alejado de las películas actuales en que cada escena tiene qie ser un oaso adelante adrenalítico sin tregua.
A la mahorí no les gustará, pero a mi me ha encantado.
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