Siempre recuerda a una época más distinguida con chóferes en librea, maleteros con sofisticados atuendos y trenes de color rojo vivo impolutos y brillantes.
Es necesario reservar asiento en el vagón panorámico para disfrutar de las formidables vistas de las montañas, contener el aliento al cruzar el viaducto en curca de Landwasser, de 6 arcos, con el río a escasa distancia o bajarse para hacer senderismo por el maravilloso paraje calizo de la gasganta de Ruinaulta.
Tras pasar Filisur, Thusid y Disentis descubrimos la austera naturaleza alpina en el puerto de Oberalp (2033m), el punto más alto de la ruta.
Un último esfuerzo y se pasa Andermatt para pasmarse ante la imagen suiza por excelencia: la perfecta pirámide del Cervino (4478m), en Zermatt.
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