Lunes 22 de agosto de 2022

Empieza el día. Tere deja el desayuno de los abuelos preparado y se va a pasear. Cuando entró del Corral me encuentro a la abuela hablando y llorando por el móvil apagado. Le digo: "déjame el móvil que te lo enciendo" y me causa de robárselo. No llego ni a tocarlo. Le digo que se tranquilice que no pasa nada y ella insiste en que tiene la cabeza pérdida. Al cabo de un rato, cuando ya empieza a hilar le doy una pequeña charla diciéndole lo siguiente: "no llores ahora porque se te va la cabeza, eso es normal, tenéis que asumir que a Vuestra edad estas cosas pasan. Lo que tienes es que disfrutar ahora que ya pasó y olvidarte de ello. Cuando vuelva a írsete la cabeza pues es lo que hay. No llores cuando estás bien por lo que sucede Cuando estás mal. Si a ratos estás mal y a ratos estas bien y, cuando estas bien, lloras por estar mal, llevaras una vida de perros y no tiene por qué ser así". En ese momento me pregunta por Rosa María y le he dicho que no tengo ni idea de dónde está. Entonces me ha dicho: "es que ella estaría 24 horas con nosotros" Y le he respondido que no se pude pedir eso a ninguna persona, que sería inhumano. La realidad es que necesitan ayuda para lo básico y el resto del tiempo que den paseos, que se sienten en bancos y hablen con la gente, ...  Es su realidad, no pueden pretender estar igual que a los sesenta, cuarenta o cuando eran jóvenes. Eso ya pasó y se tienen que adaptar a esta realidad. Deben disfrutar de los momentos buenos e intentar olvidar los malos sabiendo que se repetirán los episodios de irse la cabeza. Entre medias disfrutarlo sin estar todo el día lamentándose. La vida es la que es. 

No ha entendido nada y lleva todo el día diciendo que la he reñido y que quien soy yo en su casa. Que no me tolera nada de esto. 

Bien, ¡sin problemas!