Día 1 de julio. Ahora empiezan las vacaciones de verdad. Nos levantamos tarde porque por la noche se despertó la niña y tose durante mucho rato. Al final se durmió en mis brazos hasta las 7 y media de la mañana. Nos vamos a un café de la calle Alcalá donde desayunamos todo tipo de Donuts y compramos propóleos en la farmacia de enfrente.
A las 11:30 salimos por la M30 hacia la A4. El terreno no puede ser más desolado. La meseta sur es mucho más árida que la meseta norte. A medio camino nos llama el del piso para decirnos que nos puede dar las llaves a las 3, así que hacemos toda la ruta sin parar. Asį que del desfiladero de Despeñaderos, los Olivares de Jaén, la vega de Granada y la bajada del suspiro del Miro solo disfrutamos de paso. Otra vez será.
Llegamos a las 3 y cogemos el piso. La verdad es que el piso y la urbanización son espléndidos. La terraza que da a la piscina es increíble, una gozada para relajarse. No así la playa que es peor de lo que esperábamos. Es de piedras y con agua fría. Además se hace muy profunda nada más entrar. Por contra el agua de la piscina es agradable e incluso caliente en la de los niños.
Por empezar como siempre nos vamos a la compra a Mercadona y luego cenamos en casa. Nos vamos pronto a la cama porque estábamos muy cansados. Mañana será otro día.
martes, 20 de febrero de 2018
Vacaciones del verano 2017. Quinta parte
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