Hemos empezado el día con unas órdenes insensatas. El plan es atacar sin dar la alarma y sin fuego previo de artillería. Intentar sorprender al enemigo. A estas alturas sorpredernos unos a otros es imposible, pero, órdenes son órdenes.
He mandado a mis hombres a una carnicería sin sentido, a una muerte segura. Unos instantes después ha llegado un mensajero con el acuerdo de paz firmado hace 5 horas. Me he vuelto loco y he tocado la sirena como si quisiera aplastar el botón. No ha servido de nada y cuando me he apoyado en el parapeto no quedaba nadie. Todos han caido.
¿Qué he hecho?
¿Qué me han pedido hacer?
¿ A quién se le ocurrió firmar la paz y no comunicarlo hasta 5 horas después?.
¿Qué más da si hemos ganado o hemos perdido si desprecian de esta manera nuestras vidas?
¿Para qué han muerto mis hombres? ¿Alguien responderá por esto?
jueves, 22 de febrero de 2018
El final de esperanza. Tercera parte
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