Desde allí nos vamos a Portugal. En Mourâo vemos el castillo en lo alto con la iglesia que está incrustada en la muralla. Las vistas espectaculares del pantano.
Vamos a comer a la playa fluvial de donde nos dan una ensalada de garbanzos y bacalao y otra de pulpo muy ricas. El ambiente es de chiringuito de domingo en el río, aunque hayan arreglado todo como playa las vistas de la fortaleza en lo alto son soberbias.
Cogemos carreteras secundarias siguiendo la frontera hacia el norte para volver a Badajoz. Llegamos a Juromenha y vemos la fortaleza defensiva. Empieza a ser cansino el miedo de Portugal a España.
Desde allí al hotel pasando por Elvas. Piscina y luego a cenar.
Por cierto hemos cenado en un restaurante en Talavera la Real con un menú del día simple pero delicioso. Arroz y gazpacho, tigres y natillas y arroz con leche.
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