La utilización de paisajes africanos, extraordinariamente exóticos en aquel entonces, es un añadido fundamental. Las danzas africanas copan buena parte del film, lo que marca el ritmo lento y pausado. Sin embargo, el duelo final, se vuelve muy soso y hasta aburrido.
Pero nada enturbia la sensación de maravilla con la que se disfrutan estas películas intentando verlas con los ojos del niño que fuimos nosotros en nuestra época.
Deliciosa!
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