Por el camino vemos la sierra de la Culebra. Que pena ver todos esos kilómetros de bosque calcinados. Pero aún así el paisane es precioso.
Llegamos a Braganza y comemos en un restaurante precioso. Parece de otra época. Y la comida exquisita.
Después nos damos un paseo por el castillo. Entramos en la iglesia y en la domus. Subimos a las murallas y tomamos un café. Relajante.
Volvemos por Puebla de Sanabria y nos paramos en Benavente a comer un pastel y pasear un rato en la zona del castillo de La Mota.
Perfecto.
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