Bilbao

Hemos ido Aitana y yo a Bilbao. Allí nos esperaban Ana y Tere que ya estaban desde el miércoles. Al poco llegó Elena. Hemos venido todos para despedirnos del abuelo, que está en el hospital y no va a recuperarse del ictus. La situación es surrealista porque no se puede mencionar la muerte porque eso ofendería a Rosamari. Como al llegar al hospital no nos saluda pues optamos por el silencio, ver al abuelo y ya está. No entiendo esa postura de no moverse de su cama por nada ni por nadie, pero no voy a entrar en ella. Cada uno tenemos nuestros complejos y manías y no hay nada que podamos hacer para evitarlo. 

Lo curioso del tema es que Aitana se ha quedado toda la tarde en la habitación con la tía Rosa y el abuelo. Pero en fin" así son los niños.