El viaje comienza en la autopista a Jaca. Como no está terminada en los alrededores del pantano la ruta va por la carretera que bordea el agua. Agua verde, con juncos, poco profunda. Alcanzamos a ver varias playas y una lancha motora.
Jaca es una ciudad enfocada a los deportes de montaña. Claramente es la capital que necesita el Pirineo. El casco viejo está bien y nos permite ver la catedral románica (muy sencilla), además de varias callejas peatonales donde nos paramos a tomar un café. En el Ayuntamiento renacentista hay varias bodas, y en la catedral varias comuniones. Nos dirigimos al fuerte. Es similar, pero en pequeño al de Pamplona. Al volver al coche vemos el Palacio de hielo (que recuerdos de los campeonatos mundiales que veíamos en la tele de niños). Al salir de la ciudad vemos el enorme cuartel del Ejército donde papá hizo la instrucción de la mili.
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