Dos años aguantando y al final lo pillamos. Un catarro que se mostraba insistente y tras las pruebas somos positivos. De momento no hay mayores problemas: mocos, carraspeo de garganta, ligero dolor de cabeza, cansancio. Todo lo esperable, pero es cierto que en pequeñas dosis. La niña y yo de nuevo encerrados en casa, pero juntos y encantados.
La pena es que no está Tere. Bien mirado, es mejor que no esté, así no le pegamos el virus.
No sabemos de donde viene. Se lo han podido pegar a la niña o me lo han podido pegar a mi. ¿Quién sabe?
No es importante.
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