Fin de semana en Pamplona 1

Viernes. A primera hora Tere ha ido a su tratamiento. Después nos hemos ido hasta Roncesvalles. Parece que está cerca de Pamplona, pero hay un par de puertecitos antes de llegar. La iglesia no merece mucho la pena, pero el lugar el mítico. Aitana se compró unos mantecados. 

Decidimos bajar a Francia y terminamos en Saint Jack a Piedras de Port. Es un pueblecito amurallado que tiene la fama del camino de Santiago. Tiene varios restaurantes y comemos en uno un pollo a la vasca que está bastante bien. Por no variar la niña come un menu infantil con nuggets. La vuelta por el pueblo de acaba rápido porque es pequeñito. Decidimos volver atravesando los Pirineos hasta Elizondo. El paisaje precioso, pero las curvas de revueltas marean un poco a Tere. Elizondo me desilusiona porque es un pueblo vulgar, nada que ver con lo que se ve en las películas de la trilogía de Dolores Redondo. Volvemos a Pamplona y su que parezca increíble a las 4 estamos en casa. 

Descanso después de conducir 180 km de montaña.

Precioso pero cansados, aunque desde Elizondo a Pamplona Tere y la niña se han dormido.