Lo curioso es que ha realizado una música simulando ser Vángelis. ¡Y hay momentos en que parece más Vangelis que el propio Vángelis!
Considero que la decisión de hacer una segunda parte con un argumento relativamente similar a la primera hace que la película sea un homenaje a los que disfrutamos de ella. Y la fuerza visual es tremenda. De ahí la idea que la música beba de las mismas fuentes de manera acertada. Una música distinta hubiera diluido el espectáculo de las imágenes como recuerdo.
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