La segunda temporada se desarrolla íntegramente en París. Las situaciones se vuelven delirantes. Ya no es humor negro, es que hay momentos que son un esperpento. Aún así, es muy original y entretiene. El problema puede ser si las situaciones totalmente increibles no decidimos créernoslas: la policía que utiliza a su hija como moneda de cambio, el corte e implantes de dedos para despistar a la policía, los dientes extraídos, ...
Creo que al final se pasan queriendo ser más originales que nadie. Pero aún así es una buena serie.
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