La resurrección de Bond mereció la pena sin lugar a dudas.
Martin Campbell demostró ser el mejor director para Bond (luego lo demostraría aún mejor en "Casino Royale")
con secuencias de acción para el recuerdo: el escalofriante prólogo, la escapada de la cárcel, el tanque y la magnífica secuencia final en la antena, para mí de los mejores finales de James Bond, una chica Bond que es realmente buena en mucho tiempo y que le da una humanidad al personaje nunca vista antes, y con unos malos realmente despiadados e inteligentes, característica que echaba realmente de menos (ahí destacan una letal y seductorísima Famke Janssen y uno de los mejores malos de la serie Sean Bean).
La canción de la película de Tina Turner es de las mejores canciones Bond, y la del final de Eric Serra también.
La banda sonora del mismo Serra, realmente buena, pone la carne de gallina a ratos incluso.
Pero lo que más se destaca en esta película es el nuevo Bond: Pierce Brosnan, que al dotar de humanidad, naturalidad, elegancia y desde luego de la acción y perspicacia que le faltaban a los tres anteriores, se colocó a la mismísima altura que el Bond de Connery. Aquí Brosnan firma su mejor película como Bond y su mejor Bond. Se puede decir con seguridad que ayudó y mucho a la resurrección de Bond.
Martin Campbell demostró ser el mejor director para Bond (luego lo demostraría aún mejor en "Casino Royale")
con secuencias de acción para el recuerdo: el escalofriante prólogo, la escapada de la cárcel, el tanque y la magnífica secuencia final en la antena, para mí de los mejores finales de James Bond, una chica Bond que es realmente buena en mucho tiempo y que le da una humanidad al personaje nunca vista antes, y con unos malos realmente despiadados e inteligentes, característica que echaba realmente de menos (ahí destacan una letal y seductorísima Famke Janssen y uno de los mejores malos de la serie Sean Bean).
La canción de la película de Tina Turner es de las mejores canciones Bond, y la del final de Eric Serra también.
La banda sonora del mismo Serra, realmente buena, pone la carne de gallina a ratos incluso.
Pero lo que más se destaca en esta película es el nuevo Bond: Pierce Brosnan, que al dotar de humanidad, naturalidad, elegancia y desde luego de la acción y perspicacia que le faltaban a los tres anteriores, se colocó a la mismísima altura que el Bond de Connery. Aquí Brosnan firma su mejor película como Bond y su mejor Bond. Se puede decir con seguridad que ayudó y mucho a la resurrección de Bond.
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