El epicentro del carisma es Benicio del Toro, y alrededor de él todos los demás. A decir verdad, Reptiles tiene todos los elementos clásicos de un buen policíaco. Empezando por la premisa principal: la investigación de un asesinato. El argumento se centra en el brutal homicidio de Summer Elswick (Matilda Anna Ingrid Lutz), una joven agente inmobiliaria.
La lista de sospechosos es ingente: su novio Will Grady (Justin Timberlake), su todavía marido en trámites de separación Sam Gifford (Karl Gusman), y Eli Phillips (Michael Pitt), un joven con roces con la familia de Will por asuntos del pasado. A partir de aquí, comienza un rosario de giros de guion, pistas engañosas, y cambios de tono en la narración. Todo ellos bajo la atenta mirada de Tom (Benicio del Toro) y sus compañeros de la policía de Scarborough (Nueva Inglaterra).
Nada nuevo bajo el sol, como se puede ver, si acaso un desplazamiento en el centro de gravedad de la película en lo que al meollo se refiere. Mientras que la primera mitad de Reptiles tiene su núcleo en la investigación del asesinato, en la segunda mitad de la obra hay un añadido más introspectivo referente a Tom y sus circunstancias.
*Una tensión algo endeble
Reptiles tiene algo del thriller criminal de los años 90, un poquito de tono "culebronesco" (con ricos adinerados y sus tribulaciones) y la querencia de algunas películas de Lumet en su diagnóstico de la corrupción sistémica. Llevando a rastras este bagaje, el guiso final es menos apetitoso de lo que suena. La parte más policial es relativamente metódica y se ocupa del descubrimiento de pistas y la introducción de personajes. Grant Singer trata de dotar de cierta oscuridad a la historia, pero lo consigue solo a medias. Se puede palpar la oscuridad de la historia, de cierto regusto a David Fincher, pero sin localizar la fuente. Como si Singer no pudiera plasmar la propuesta de forma sólida.
A lo dicho se le puede añadir un juego de whodunnit, con un número (a priori) concreto de sospechosos que se van pasando la patata caliente de la culpabilidad. En este punto, Reptiles sí que consigue hilar una historia que capta medianamente nuestra atención. Aunque emocionalmente no hay demasiada implicación con nadie, otro detalle interesante es cómo se van plantando semillas de carácter más personal que irán floreciendo en posteriores actos. Apuntes de información que importarán después. La película, efectivamente, se remata con un tono más amplio que supera la primera trama de una investigación de homicidios, pero sin olvidarse de ella.
Incidiendo de nuevo en los problemas de la película, llegamos a dos cuestiones. La intriga entretiene pero no zarandea, no impacta, no implica al espectador. Ello provoca un interés algo superficial, disfrutable para los amantes del género, pero sin pasión, sin arrebato. Hablando de Benicio del Toro, y asumiendo que es una película de trama distinta, Reptiles no resiste en ese aspecto la comparación con Sicario. No en cuanto al tipo de historia, sino en cuanto al octanaje de la misma.
*El reparto de Reptiles
Otro de los problemas de Reptiles es la cantidad de giros, subtramas, engaños y pruebas falsas que surgen. Tratar de ordenar todas las fuentes de información de forma razonada nos puede exasperar, así que recurrimos al buen hacer del personaje de Benicio del Toro y nos creemos sus deducciones. Benicio del Toro es el mejor punto de la película, sobre todo porque no hurta algunas de sus cualidades como actor. Es excelente contar con del Toro en una película de intriga. Sobre todo, por su tranquila intensidad, por la turbiedad que es capaz de emanar, por su presencia dura, berroqueña.
Es cierto que el guion no desarrolla del todo esas cualidades, pero su magnetismo queda patente. El guion pretende darle complejidad a partir de la mitad del metraje, y lo hace de diversas formas. Pespunteando algunos aspectos de su pasado como policía en Filadelfia, o enfrentándolo con situaciones difíciles de digerir. Finalmente, su relación con el entorno, y con personas cercanas a él, como su mujer Judy (Alicia Silverstone), o sus compañeros será decisiva. El personaje de Tom se queda en un punto medio. Volviendo a mencionar a Lumet, no es Serpico (1973), pero tampoco es un mal policía.
Sus compañeros de la policía son como un personaje colectivo, de modo que las actuaciones de Bogosian o Lombardozzi, p.ej, han de ser juzgadas casi de forma global. Lo cual no carece de importancia en el tramo final. Alicia Silverstone hace un papel funcional, algo plano, pero importante a veces para comprender a Benicio. Justin Timberlake se podría decir que queda propio como joven pijín metido en asuntos inmobiliarios, pero en general no ofrece ni frío, ni calor. A destacar también quizá el papel de Michael Pitt; turbio, pero de cierta importancia.
*Factura técnica de Reptiles
La fotografía de Reptiles es gris, de tono apesadumbrado, pero más que conseguir atmósfera, consigue un aspecto a ras de tierra casi más digno de un telefilm. Y he aquí una de las decepciones de la película, que, si quería replicar las formas de Seven o El silencio de los corderos, se queda lejos en intensidad y ejecución. No es el mejor trabajo de Mike Gioulakis, que tiene ejemplos de fotografía más brillante en sus colaboraciones con Shyamalan o con David Robert Mitchell.
La banda sonora de Yair Elazar Glotman quiere ser siniestra a todo costa. Lo cual ocasionalmente está muy bien, dada la naturaleza poco amable de Reptiles, pero a veces exagera, incluso en situaciones en que no viene mucho a qué. En sus momentos más exaltados casi parece querer emular el trabajo de Wendy Carlos para El resplandor (1980).
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