Al comienzo se pasa por la maravillosa estación de Horton-in-Ribblesdale con maravillas florales. Se continua por el viaducto de Ribblehead, la torre de señales de Blea Moor (con un guardavía que no tiene ninguna carretera próxima para transitar), el valle del Edén, Appleby con su castillo y mercado y, finalmente el precioso y grandioso edificio de la estación de Carlisle.
No olvidemos que se cruzan los famosos brezales de Yorkshire, el terreno del famoso páramo inglés y que termina en la frontera con Escocia. Es decir, estamos en las tierras altas inglesas, preludio de lo que vendría después si se continúa a Glasgow.
Una maravilla con locomotora de vapor.
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