viernes, 20 de mayo de 2016

Dejadez,... ¡O connivencia!

Leo en el periódico que varias asociaciones de vecinos instan al Ayuntamiento de León a cumplir sus propias normas. Sus quejas se basan en el exceso de ruidos, el incumplimiento de horarios y el mal uso de las terrazas de los locales.
Todos sabemos que las leyes se hacen para ayudarnos a convivir. Sin ellas nos destrozaríamos unos a otros como en la peor batalla que podamos imaginar. Sin embargo, nadie es capaz de cumplirlas todas. Sobre todo en España que hay leyes para todo y la picaresca está a la orden del día.
El Ayuntamiento de León, me temo que casi todos los ayuntamientos, se dedican a ignorar, despreciar e incumplir sus propias normas. Salvo que éstas les den votos. En este último caso vemos cómo actúan con rapidez y contundencia. Todavía recuerdo una tarde de sábado a la policía municipal acosando, amenazando e incluso deteniendo (al menos le obligaron a montar en el coche municipal) al ruso del acordeón. Pero a los ruidosos e irrespetuosos del barrio húmedo no se les toca. Otro día le comenté este hecho a un policial municipal y me dijo que no se tenían pruebas de las faltas (curioso, se lo comenté a las 3 de la mañana en una llamada desde mi casa en la que el mismo me pidió que bajara la música para hablar con él. Música que no era mía, venía de la calle).
¿Hasta cuándo los honrados ciudadanos que pagamos impuestos tenemos que soportar un Ayuntamiento que ampara la ilegalidad? Me temo que la corrupción es también esto, pero a casi nadie le preocupa.

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