No había muchas aves, se notaba el invierno, pero el paisaje es precioso.
Vemos el bosque de Sury con los perros. Incluso conocemos y hablamos con el dueño pero Aitana no pudo pasear con los perros porque tenía que marcharse. Al continuar el paseo conocemos a un chico que se dedica a observar las aves y podemos subir a una torre de observación.
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